martes, 11 de junio de 2013

XVIII Travesía Integral de los Montes Aquilianos (2013)

La Travesía Integral de los Montes Aquilianos es una carrera especial para mí y una de las marchas más esperadas del año. 

Es especial para mi ya que esta prueba es una de las grandes culpables de mi pasión por la montaña y el deporte en general. Gracias a mi participación en ella descubrí este mundillo, del que dudo que vuelva a salir... y esperada porque, año tras año, se va sumando un nuevo amigo, compañero o conocido que toma con nosotros la salida, dispuesto a disfrutar de unos de los parajes más bonitos del Bierzo. Quien les iba a decir a Rober y a Andrés, cuando hace unos años debutaron en la prueba, contándonos luego maravillas al resto, que poco tiempo después íbamos a haber pasado por ella: Marcos, Boti, Illán, Óscar, Triki, Cafú, Luis, Nacho, Ivi, Kasty, Edu, Ana, Damián, Iván, Villa, Frida, Chus, etc... Algo realmente sorprendente, y mas teniendo en cuenta que, para la mayoría, es su única prueba del año.

La ruta A, la que recorre las cimas de Silla de la Yegua, Berdianinas, Pico Tuerto y La Aquiana es espectacular, el contemplar todo el Bierzo desde esos 2.000 metros de altura, tras haber experimentado la dura subida a Silla de la Yegua, es una experiencia que todo apasionado a la montaña debería vivir alguna vez en la vida. Desafortunadamente, este año, por motivos laborales me tocó hacer la Ruta B, por lo que en lugar de plantearme la prueba como una travesía me la tuve que plantear como una carrera, eso si, sin forzar demasiado, que por la tarde me tocaría estar otras ocho horas de pie.

Como siempre suele acontecer en esta prueba, el viernes nos liamos un poco. Cuando sonó el despertador, a las 5 de la mañana, debía llevar poco más de dos horas en la cama. Dicen que "sarna con gusto no pica", no obstante en esos momentos pensé en lo bien que me quedaría tranquilamente en la cama, en lugar de ir a correr más de cuarenta kilómetros por el monte sin apenas haber dormido nada. Pero esas dudas duraron poco, nada más desperezarme sabía que no habría ningún plan mejor, y más tras llegar a la Plaza del Ayuntamiento y verla abarrotada de corredores. Allí, de noche, preparado para correr, por un momento deje volar mi imaginación y me vi en la salida de un ultra-trail, uno de mis grandes objetivos deportivos... 


Salida. Plaza del ayuntamiento.
La salida la dio un doble campeón mundial de maratón: Abel Antón y aunque de primeras salimos todos juntos, pronto Marcos y yo nos distanciamos. Damián, Luis y Villa irían por la A, por lo que su ritmo sería diferente, Marcos y yo, en cambio, haríamos la versión corta de la prueba, con la losa que significaba el ir pendientes del reloj para que a mi no se me hiciese demasiado tarde.

La primera parte, por la ciudad, bajando hacia el Puente Boeza, es la más multitudinaria, la emoción de la salida anima a correr a casi todo el mundo, por lo que solemos llegar a las faldas del Pajariel en un grupo bastante compacto. La subida a Otero es el primer contacto con la montaña, y ya empieza a colocar a cada uno en su sitio. Le siguen unos kilómetros de subidas y bajadas por el Pajariel, en los que nosotros corrimos, dejando atrás ya a los que se planteaban la prueba caminando. Estos instantes, por el Pajariel, mientras amanece, para mi es uno de los momentos más bonitos de la prueba.

A este tramo le sigue una fuerte bajada, por una pedregosa pista, que concluye en el camino que une Toral de Merayo con San Esteban de Valdueza, lo seguimos, junto a un caudaloso río Oza, el cual cruzamos unos kilómetros más adelante, cogiendo una senda que sube hasta Villanueva de Valdueza, primer punto de control del día. Por allí, aproximadamente kilómetro 10, pasamos sobre las 7:15, a un ritmo cómodo, no demasiado fuerte pero tampoco demasiado lento.

Nada más pasar el cruce de Villanueva afrontamos uno de los primeros escollos del día, el alto de la Pandilla, que aunque corta es una subida bastante intensa. Tras esta subida, viene un descenso muy largo, hasta coger de nuevo la vera del río Oza en Valdefrancos, este es otro de esos tramos a tener en cuenta, con todo el valle abriéndose ante nosotros.

De Valdefrancos seguimos hasta San Clemente a través de una bonita senda, siempre junto al río y rodeados de mucha vegetación. San Clemente es uno de esos pueblos a los que le guardo un cariño especial, un amigo tiene allí una casa y cada vez que paso por el pueblo recuerdo las numerosas aventuras que allí vivimos... Una vez pasado San Clemente llega la que a mi modo de ver es la subida más dura de la ruta B: La Ramosa. Subimos despacio, mientras le comentaba a Marcos que por allí sube la Mountemplaría, aunque creo que él no se acabo de creer que por allí pudiese subir una bici... Una vez subida La Ramosa seguimos por otra senda muy bonita, por la que corrimos con la vista fija en las nevadas cumbres de los Aquilianos, me imagino que en ese momento los que iban haciendo la ruta A, fuesen divagando sobre la cantidad de nieve que se iban a encontrar cuando pasasen por allí, unas horas después... 

Así, tras 2h45' de carrera, llegamos a Montes de Valdueza (aprox. km. 21), segundo punto de control y uno de los avituallamientos más fuertes. En Montes se dividen las dos rutas. Con algo de tristeza giramos a la derecha, por la ruta B, para afrontar la subida hasta "Los 12 Apostoles", una formación rocosa a los pies de la Aquiana. Esta subida, antes era un poco monótona, ya que consistía en una pista de 3 kilómetros que subía serpenteando hasta alcanzar esos 1.400 metros de altitud a los que están situados los Doce Apostoles, pero hace unos años le han añadido un tramo de senda, que hace que gane en dureza y en vistosidad, a lo que hay que sumar que este año, debido al clima, las urces y las escobas florecieron algo más tarde, mostrandose el día de la prueba en todo su esplendor,  aportando al paisaje una gama de colores amarillos y purpura,  que hacían que el paisaje, ya de por si impresionante, fuese realmente bonito. Probablemente serían pocos los que pasasen por allí sin parar a inmortalizar esas preciosas vistas...


Doce Apostoles
El tramo que sigue, desde los Doce Apostoles hasta Ferradillo, engaña, ya que aunque parece llano, en todo momento pica hacía arriba, nosotros seguimos corriendo, pensando ya en que desde allí, solo quedaba bajar hasta Ponferrada, tan distante vista desde allí arriba. Mientras nosotros hacíamos esta parte, prácticamente llana, los primeros corredores de la ruta A, debían ir a la par nuestra, pero varios cientos de metros más arriba, casi coronando ya  la Aquiana.

A Ferradillo, tercer punto de control, llegamos a las diez y media, tras 4h30' y 31 kilómetros de carrera. Allí estuvimos un rato descansando, tiempo que aprovechamos para almorzar y reponer fuerzas para afrontar la parte final, mientras veiamos como pasaban los primeros corredores de la larga, que ni siquiera pararon en el avituallamiento.


Ferradillo
Desde Ferradillo a Rimor, se desciende toda la altitud ganada durante la prueba, por lo que si llegas tocado muscularmente, el descenso puede hacerse muy largo. En nuestro caso Marcos comenzó a notar molestias en las rodillas y prefirió no forzar; y aunque al principio intentamos seguir la prueba juntos, reduciendo el ritmo, al trabajar yo por la tarde el tiempo se me empezaba a echar encima, así que después de 34 kilómetros compartiendo marcha decidimos separar nuestro camino, nos deseamos suerte mutuamente y yo me lancé hacía abajo, con el objetivo de llegar a Ponferrada antes de la una. Desde ahí ya no me pasó nadie hasta la línea de meta...

La primera parte del descenso es la principal y creo que única novedad de la prueba, ya que en lugar de bajar por donde se bajaba tradicionalmente, en esta ocasión se acorta un poco el trayecto bajando por la "senda de yuma", una bonita senda que enlaza con la anterior bajada. Para mi una decisión acertada, pese a que esta prueba ha sobrevivido durante dieciocho años sin muchas modificaciones creo que estos pequeños retoques, la hacen todavía más atractiva.

El paso por Rimor (aprox. km. 38), último control antes de meta, es uno de los más esperados, ya que está situado en la cooperativa de cerezas. Generalmente son las primeras que como en el año, y seguramente de las que mejor me sientan, pero este año me llevé un chasco tremendo, aún no había cerezas! :(

Desde Rimor se accede a Toral de Merayo parte por carretera, parte por caminos, siempre en ligero descenso, lo que hace que llegando con fuerzas, sea una zona muy buena para correr. Y una vez en Toral ya solo queda un último trayecto por el Pajariel, atravesando la "senda de la Lola", una senda que siempre me pareció odiosa, ya que es un continuo sube y baja, por un firme a veces demasiado pedregoso, pero a la que cada vez le voy cogiendo más el gustillo.

Una vez atravesado el Pajariel y cruzado el Río Sil por la pasarela nueva, se entra de nuevo en la ciudad, primero por el paseo del río, llegando luego a la Calle del Reloj por la ladera del castillo, las fuerzas ya no me dieron para subir ese repecho corriendo... 

Y, de nuevo, otro año en la calle del reloj, afrontando los últimos metros de carrera, antes de cruzar la meta en la Plaza del Ayuntamiento y, de nuevo, la misma emoción de la primera vez que corrí por esa calle, con la ilusión de cruzar la meta de una prueba que por aquel entonces yo creía que se me quedaba grande. En esta ocasión no iba en un buen tiempo, de hecho iba bastante peor que el año pasado, ni iba haciendo una ruta demasiado exigente para mí, pero aún así, la emoción que me envolvía era la misma que sentiría si cruzase por allí dos horas antes o liderando la prueba. Esta ruta es especial para mi y las sensaciones que siento al hacerla así lo corroboran.


Meta. Plaza del ayuntamiento
Avancé por la Calle del Reloj entre los ánimos de la gente y crucé la meta en 6h37', de todos modos, en esta travesía el tiempo es lo de menos, y lo realmente importante es llegar a la meta. En esta ocasión me tocó cruzarla en solitario ya que el deber me llamaba unas horas después, no obstante, el año que viene espero volver a hacer la Ruta A con mis amigos, y disfrutar, de nuevo, al máximo de esta prueba, que ya es fija en mi calendario.


Este es el track de la ruta, en wikiloc: XVIII Travesía Integral Montes Aquilianos (Ruta B)
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