jueves, 13 de febrero de 2014

PAÍSES BÁLTICOS 2011 | 2. LETONIA: Sigulda, Krimulda y Turaida (Parque Nacional de Gauja)

Uno de nuestros días de estancia en Riga lo aprovechamos para conocer el Parque Nacional del Gauja, situado a unos 50 kilómetros de la capital letona. 

El Valle del Gauja, también llamado la "Suiza letona", no por sus montañas, de las que carece, sino por sus verdes y boscosos paisajes, es la mayor extensión natural de Letonia, declarado parque nacional en 1.973.

Para acceder hasta allí cogimos el tren en Riga, con destino a Sigulda, una de las poblaciones más importantes del valle.


El trayecto en tren resultó espectacular, si en Riga habíamos visto nieve, nada más abandonar la ciudad el paisaje se tornó blanco, atravesando bonitos bosques en los que el liso manto nevado sólo se veía modificado por restos de huellas de esquís de travesía o de animales.

Sigulda
Sigulda
Sigulda nos recibió con un paisaje realmente idílico, en el que la nieve era la clara protagonista.

Sigulda, Castillo Nuevo
Castillo de Turaida
Tras dar una vuelta por Sigulda visitamos el Castillo Nuevo, situado en un lugar privilegiado desde el que obtuvimos unas preciosas vistas del Valle del Gauja, destacando la panorámica sobre el Castillo de Turaida, que visitaríamos posteriormente.

Sigulda, Castillo Medieval
Una vez visto el Castillo Nuevo, donde en otras estaciones deben destacar sus extensos jardines, nos dirigimos hacía las ruinas del Castillo Medieval, destruido durante la Guerra del Norte, y que ahora hace las funciones de auditorio. 

Sigulda
Sigulda
Una vez visitado el pueblo y los castillos nos dirigimos al teleférico que cruza el río Gauja, hasta la vecina localidad de Krimulda. De camino nos encontramos con un colosal muñeco de nieve y con una estación de esquí con una única pista, para los que nos gusta el esquí alpino debe ser frustrante vivir en un país como Letonia, donde abunda una nieve de condiciones increíbles, pero donde apenas tienen pendientes para disfrutar del esquí.

Sigulda, teleférico
Sigulda, teleférico
Desde el teleférico, mientras cruzábamos el helado río Gauja, volvimos a disfrutar de unas bonitas vistas sobre el valle, donde destacaban, junto al rojo del castillo de Turaida, al fondo, el contraste del verde de los árboles con ese blanco invernal del hielo y la nieve.

Krimulda, Casa Señorial
Una vez cruzado el río, en Krimulda, aprovechamos para tomar un chocolate caliente en una pintoresca taberna, no sin antes visitar la casa señorial, bastante abandonada... 



Desde Krimulda, decidimos dar un paseo hasta Turaida, de unos 5-6 km en los que nos adentramos en el parque natural, descubriendo nevados bosques y pequeños puentes en lo que en verano debe ser una bonita ruta de senderismo. Mientras que en Invierno, el placer de caminar sobre la nieve virgen, en silencio, por lugares en los que no ves ninguna huella, es una experiencia más que recomendable.

Cueva de Gutmana
De camino, nos detuvimos en la Cueva de Gutmana, donde según cuentan las leyendas asesinaron a "La rosa de Turaida" en un acto de amor, y desde entonces se ha convertido en un lugar de peregrinaje para enamorados, que llenan las paredes de la cueva con inscripciones de amor...

Según cuenta la leyenda, en esta cueva, a mitad de camino entre Sigulda y Turaida, se encontraban la doncella Maija, conocida como "La Rosa de Turaida", pretendida y cortejada por multitud de caballeros, y el humilde jardinero Viktor, del que estaba enamorada y que prestaba sus servicios en el castillo de Sigulda. Un día, un soldad haciendose pasar por Viktor le escribió una carta de amor a Maija, citándola en la cueva. Cuando Maija llegó a la cueva y se encuentró con el soldado, en lugar de su amado Viktor , le suplicó que no le hiciese daño, ofreciéndole a cambio de su libertad un supuesto pañuelo mágico, que protegería al portador de todo daño. Para convencerlo, le instó a herirla a ella misma, matándola el soldado con su espada, conservando Maija así su honor.

Turaida, Castillo
Turaida, Castillo
Turaida, Castillo
Tras el paseo por el valle, llegamos a Turaida, una pequeña población con uno de los atractivos más importantes del parque natural: El Castillo de Turaida, una fortificación de ladrillo rojo, en la que se pueden visitar sus torres y estancias, convertidas en un pequeño museo medieval. En sus jardines se pueden visitar varias esculturas, la lápida de la Rosa de Turaida, así como una pintoresca iglesia de madera, de las más antiguas del país.

En Turaida acabamos nuestro paseo por el Valle del Gauja, cogiendo el autobús para volver de nuevo a Riga. Una excursión bonita y recomendable, y más para gente como nosotros, del sur de Europa, que no estamos acostumbrados a este tipo de paisajes.

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1 comentario:

  1. Acabo de visitar esos sitios. Si bien ha hecho frío y ha llovido algo, en el puente de mayo, merece la pena ir a conocerlos.

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